La aculturación de Ángela Loij a través de su imagen fotográfica.
La imagen fotográfica ha asumido distintos grados de presencia en la historiografía contemporánea, pero en modo alguno pudo desplazar completamente a la escritura. No obstante ello y pese a que la primera no sea más realista que un texto, puede abarcar un importante espacio de significados y pautas, mediante los cuales es posible arribar a una mayor objetividad, mucho más marcada que en otras experiencias del decir / ver (Guigou, 2001).
Sustentada en dicho argumento, la presente contribución tiende a graficar a través de una sucesión de imágenes, acompañadas en este caso por un registro testimonial (elaborado en base a fuentes orales y escritas calificadas) el enmarañado proceso que implicó la pérdida gradual de la palabra (el lenguaje); la memoria (la conciencia histórica); el conocimiento (el saber); el espacio (el territorio) y la identidad cultural (la cohesión social), de una de las últimas referentes del pueblo selk´nam, conocida como Ángela Loij.
En síntesis y al margen de consabidas discusiones teóricas acerca del verdadero valor contextual de la fotografía, es claro que ésta puede representar un excelente recurso para presentar y exponer los resultados de cualquier investigación social, en un plano formal y complementario respecto a la información escrita, constituyéndose así en una indiscutible posibilidad más para transmitir con mayor fidelidad el conocimiento sobre la ya de por sí compleja diversidad humana.