Lo Que Falta se comenzó a forjar mientras Sebastián (el productor) viajaba por USA de vacaciones. Él llevaba años acudiendo y auspiciando al club de boxeo de su ciudad natal (Ovalle). Para él, el boxeo como mundo tenía un tremendo significado emocional por múltiples razones relacionadas a su época de estudiante provinciano en Santiago. Mientras Sebastián recorría USA deambuló por muchos clubes de box y conoció a Ramón Arellano, un ex-boxeador y actual promotor de box. Encantado con la (delirante) idea de invitarlo a Chile, se hizo amigo de él y de la noche a la mañana arregló todo para traer (a Chile) a boxeadores profesionales para que mediante un evento de exhibición su club (eventualmente) brillaría.



Ahí es donde entra la idea del documental a la historia y mi participación. Nos juntamos, hablamos de su proyecto y de golpe me plantea la idea de hacer un largometraje. La idea me pareció algo ingenua, conociendo los costos y responsabilidades que esto requiere. Pero, yo ya había hecho un puñado de cortometrajes relativamente decentes y esto me dio cierta seguridad. También en parte porque vi aqui un mundo precario y bello (en alguna medida) y, me sumé. En menos de 1 semana comencé a registrar pacientemente de lunes a viernes durante las tardes el entrenamiento pre-evento de estos muchachos silenciosos, este profesor diciplinado y este club de boxeo que más bien parecia casa Okupa.



El resto se aprecia extendida y detalladamente en los 96 minutos que dura el largometraje. Mezcla de documental, ficción y plagado de momentos bellísimos y espontáneos (según yo).