Transgredir las fronteras de la antropología visual (A propósito del libro Memoria visual. Producción y enseñanza de la antropología visual en México).
Para quien esté interesado en la antropología visual en México, este libro, coordinado por Victoria Novelo y Everardo Garduño, es un buen referente para aproximarse a ella. Como en todas las latitudes, en este país también se discute acerca de su novedad y su especificidad. Para algunos de los 12 autores que participan en este libro ella no es tan novedosa como se sostiene. Andrés Fábregas recuerda que para su generación el cine y la fotografía tenían ya un papel central en su formación como antropólogos a mediados de la década de los sesenta del siglo pasado. No obstante, la antropología visual tiene cierta especificidad que, acorde con Antonio Zirión, reside en el hecho de que es un intento genuino, legítimo y fecundo por encontrar diferentes aproximaciones a los mismos problemas de siempre que se ha planteado la antropología: la identidad, la otredad, la alteridad, la diversidad cultural. Este intento, por supuesto, tiene su historia, pero también su momento de ruptura, pues exige a la disciplina de la que es parte, y con la que comparte su seriedad y complejidad, abrirse a otros territorios disciplinarios (fotografía, cine, etcétera), sobre todo a sus debates, que llevan ya bastante tiempo.
Quizá por esta razón, Victoria Novelo se resiste a cobijar los encuentros que organiza, cuya cuarta edición cristaliza en este libro, bajo la bandera de “antropología visual” y prefiere convocarlos bajo el tema de memoria visual.