Desde el inicio de la guerra contra las drogas en 2007 han ocurrido más de 25.000 muertes violentas y 70.000 personas han desaparecido en México. Un complejo panorama de organizaciones criminales ha desatado una crisis de seguridad, la cual ha estado acompañada por un imaginario que proyecta representaciones que vinculan, por medio de discursos e imágenes, al crimen organizado con el bienestar social. Un ejemplo de ello son algunos de los cuerpos hallados en fosas clandestinas, que aún visten sus prendas, a menudo, réplicas de firmas de moda europeas. En este escenario se entrelazan dos economías ilegales o subterráneas: el narcotráfico y el mercado de réplicas. Para comprender dicha unión, este trabajo parte de experiencias etnográficas e imágenes que emanan de la gobernanza simbólica del crimen organizado y su difusión e interpretación en los medios de comunicación. Los nombres de mis interlocutores han sido modificados para proteger su seguridad.

DOI: http://doi.org/10.47725/RAV.029.07