Desde una noción ampliada del patrimonio cultural sustentada en dimensiones sociales y ciudadanas que aportan nuevos alcances a la complejidad de este ámbito, se analiza la experiencia de defensa patrimonial registrada en la década de 1990, en que se pretendió desnaturalizar los recintos ferroviarios de la Estación Central cambiando su uso y funciones por actividades comerciales. Ello implicó una reacción ciudadana para detener los proyectos, que implicaban la pérdida del último terminal ferroviario de la ciudad. En el texto se sistematizan las características y condiciones que pueden explicar los resultados exitosos de esta movilización ciudadana en defensa de un hito de la cultura ferroviaria de la ciudad y del país.

DOI: http://doi.org/10.47725/RAV.030.10