Santiago: Hasta el Centro por el Borde.
Esta exposición documenta 10 años de ocupación callejera en el centro de Santiago de Chile, trayendo un panorama de la evolución del comportamiento urbano de esta región desde el final del gobierno de Pinochet hasta el cambio de milenio.
Al final de los años de plomo las calles del centro viejo de Santiago eran lugares de paso para la masa de transeúntes. Era tolerada la presencia vigilada de locos, ciegos y desvalidos, gente que no tenía donde ir y por misericordia tenía “derecho” de quedarse en la calle. Un comercio informal en torno al Mercado Central de Mapocho, las iglesias y las estaciones de buses y metro, resistió por la tradición de los puntos. El hecho de tocar un instrumento musical en la calle por algunas monedas podía llevar a su practicante a la cárcel. La calle era controlada. No era permitida aglomeraciones, salvo en lugares de excepción, como la Plaza de Armas, donde la expresión artística popular era permitida.