NÚMERO ACTUAL
Este 32° número de la Revista de Antropología Visual tiene un aura especial, puesto que es el primero editado desde el Centro de Investigaciones Diego Barros Arana (CIDBA) de la Biblioteca Nacional. El arribo a esta casa editora implicó nuevos desafíos, pues fue necesario ajustar la metodología de trabajo, la gestión de recursos, así como desarrollar un enfoque colaborativo con los equipos de la Biblioteca Nacional. En forma muy especial, quisiera agradecer a Rafael Sagredo, ex director del CIDBA. Igualmente a Soledad Abarca, directora de la Biblioteca Nacional, con quien compartimos este entusiasmo por el estudio de las imágenes, y su apoyo fue fundamental para sacar adelante esta trigésimo segunda edición. También colaboraron para la aparición de este número los demás integrantes del CIDBA: Jaime Rosenblitt, Mariel Rubio, Macarena Ríos y Arturo Molina. Mención aparte para Leticia Martínez, encargada del diseño gráfico y la administración del sitio, con quien llevamos trabajando más de 20 años.
En cuanto a los contenidos, presentamos un número diverso y cada sección de la revista aporta conocimiento sobre ese océano siempre desbordado de imágenes, estableciendo cruces entre patrimonio, historia, antropología, museos, fotografía y cine, solo para mencionar algunas de las rutas por las que se transita en la presente edición. En este sentido, los trabajos de este volumen provienen desde dos senderos que se conectan. Por un lado, tenemos textos que son parte de la convocatoria general, es decir, que llegaron como parte de la recepción permanente de nuestra revista. El otro camino corresponde al dossier Miradas y Contramiradas. Estudios Críticos sobre las Imágenes, desarrollado en asociación con el Magister de Estudios de la Imagen de la Universidad Alberto Hurtado. De esta forma, el actual volumen se compone de doce artículos que tratan desde diversas perspectivas, tanto teóricas como metodológicas, temáticas que se aproximan a lo visual. En algunos casos, con análisis que se sustentan sobre todo desde la escritura, mientras que otros son obras eminentemente visuales, donde la centralidad del texto pasa por el corpus de imágenes. Por tanto, es en el conjunto de la publicación donde se observan los contrapesos y cada uno de los escritos aporta con su mirada al campo de los estudios visuales.
En el primer artículo, Felipe Rodríguez reflexiona sobre una serie de fotografías del Museo Colonial Alemán de Frutillar relativas al oficio de la herrería, desde sus orígenes, su relación con el transporte terrestre y las dinámicas sociales que se desarrollaban en el taller, estableciendo un encuentro entre algunos elementos metodológicos de la etnografía histórica y la antropología visual. Luego, Daniel Quiroz y Benjamín Ballester analizan imágenes de marinos del buque alemán SMS Dresden, registradas por el fotógrafo Adolfo Casten, documentando parte de su vida cotidiana en la isla Quiriquina. Con este material, Casten editó álbumes para la venta, capturando instantes de la retención/residencia de estos marinos en la Quiriquina (entre 1915-1919). En el tercer artículo, se aborda la representación del mapuche en la temprana cinematografía chilena, observando esa trampa de espejos que se conjuga en la construcción visual de los pueblos originarios en el cine, para ello, más que dar cuenta del periodo silente en general, hay una focalización en los elementos que construyen esas particulares imágenes cinematográficas sobre lo mapuche, destacando la documentación con periódicos de la época ante la ausencia de las películas. Posteriormente, José Manuel Vera examina algunos comics chilenos del último tiempo, en especial, estudia casos de superhéroes que toman su identidad y narrativa gráfica desde culturas indígenas de Chile, a partir de lo cual establece una discusión entre el punto de vista editorial, el arte y la narrativa de cada cómic. El quinto trabajo llegó desde Ecuador y presenta una sugerente investigación sobre la caricatura política de ese país, tomando a dos dibujantes, Xavier Bonilla (Bonil) y Vilma Vargas (Vilmatraca), observando el uso de signos y símbolos para criticar y comentar la situación política y social, recurriendo a la semiótica como una herramienta esencial para comprender la comunicación visual en política. Cierra la convocatoria general el texto de Daniela Marsal, estableciendo acercamientos para analizar y deconstruir al museo, entendido como un espacio de representación, creación y propagación de imágenes, discursos e imaginarios. Esta investigación busca analizar al museo en relación con su disposición espacial y visual, mediante el estudio de siete objetos de la exhibición permanente del Museo Histórico Nacional relacionados con la infancia.
El dossier, comienza con el artículo de Adrián Alvarado sobre el debate que se levanta a partir de dos imágenes del libertador Simón Bolívar. Por un lado, un retrato pictórico de 1825, y por otro, una imagen 3D realizada el 2010. De esta forma, se establece un cruce entre historia política y estudios visuales, para concentrarse en el papel de las imágenes en la reinterpretación de los hechos del pasado a la luz de las ideologías políticas de nuestro tiempo. Luego, Gustavo Faúndez presenta los resultados de una investigación que, desde imágenes de reconstrucciones cráneo-faciales forenses, explora los mecanismos de reconocimiento implícitos, en la búsqueda de coincidencias entre el rostro recreado, y el que persiste en la memoria de los testigos. El tercer artículo de este dossier explora la intervención de la fotografía en la construcción del “cuerpo criminal”, prestando especial atención a algunos casos chilenos. Para ello, Cecilia Rodríguez y Ana María Risco analizan las transformaciones de la representación del sujeto criminal entre fines del siglo XIX y principios del XX, en un Chile que intentaba modernizar el Estado y sus instituciones. De esta forma, plantean que la imagen de un otro indeseado se construye en relación y contraste con un repertorio de imágenes insertas en la tradición del retrato fotográfico burgués del siglo XIX. Luego, el escrito de Estefanía Villalobos reflexiona sobre la idea de “inmersión visual”, empleando un enfoque metodológico proveniente de la arqueología medial, tratando de demostrar que dispositivos como el estereoscopio (s. XVIII) y el sensorama (s. XX) no sólo transformaron la forma de visualización, sino que también ofrecieron experiencias inmersivas que vinculaban al espectador con espacios tanto físicos como virtuales. El penúltimo artículo del dossier se aboca a una temática muy diferente, ya que Jorge Letelier y Sebastián Vidal estudian Los Diarios de Viaje, piezas audiovisuales producidas dentro del Festival Franco chileno de videoarte (1981-1992) y que se presentaron a modo de bitácora visual de la experiencia en residencia artística de videístas chilenos en Francia, y de artistas franceses en residencia en Chile. Los autores sostienen que el estudio de estas obras puede visibilizar un espacio paralelo a la producción documental testimonial de esos años, estableciendo la existencia de operaciones narrativas centradas en el yo, donde la documentalidad se construye desde un enfoque autobiográfico, específicamente desde modalidades como la autoetnografía y el autorretrato. Por último, el ensayo de Verónica Polanco propone la descripción y análisis de algunos elementos involucrados en la experiencia de observar imágenes artísticas, situando esta experiencia puntual en Museo Nacional del Prado.
Un reconocimiento especial merece Sebastián Vidal, co-editor de este dossier, siendo clave su papel en la conformación de esta selección de trabajos, que tienen la particularidad de ser resultado del empeño de profesores, egresados y así como tesistas del Magister en Estudios de la Imagen, por lo que también hay distintos procesos de maduración de las temáticas publicadas. En esta misma línea, es preciso señalar que colaboraron de manera central una serie de académicas y académicos del magister, y gracias a su esfuerzo logramos orientar este conjunto de textos, en especial, nuestros agradecimientos a Sandra Accatino, Paula Dittborn, Celicia Bettoni y Roberto Rubio.
La entrevista de este número fue realizada a Marcelo Morales, director de la Cineteca Nacional de Chile, un organismo central dentro de la nueva institucionalidad cultural de nuestro país. En una conversación amena, se describen los hitos más importantes en la historia de la cineteca. Asimismo, podemos conocer sus áreas de trabajo, algunas de las actividades que realizan, destacando la labor de difusión que cumplen en la sala del Centro Cultural Palacio La Moneda, junto con su tarea de preservación del patrimonio fílmico nacional. En este sentido, destacamos a Macarena Bello, Pablo Insunza y Francisco Venegas, parte del equipo de la Cineteca, reforzando esta idea de que los buenos proyectos institucionales se levantan sobre buenos equipos humanos y ellos cumplen un rol muy importante en el engranaje de la Cineteca.
La sección reseñas de libros contiene dos comentarios a publicaciones muy seductoras. En el primer caso, Beatriz Bixio se adentra en el libro El ruido del tiempo de Rubén Guzmán, que a su vez se refiere a una producción audiovisual del mismo nombre, de carácter experimental, donde el personaje principal es Eric Boman (1867-1924), un erudito que se apoya en la arqueología y la antropología para dar cuenta de la vida en la Puna de Atacama. Este libro incluye los estudios críticos, de Arnd Schneider y Ana Lía Gabrieloni, así como numerosos fotogramas y el guion del film. Por otra parte, Diego Milos reseña el libro De la Naturaleza a la Vitrina. Claudio Gay y el Gabinete de Historia Natural de Santiago, de la historiadora Daniela Serra. Milos hace una revisión muy lúcida de los principales temas tratados en obra, transitando desde lo general a temas muy puntuales tratados en el libro.
En la sección videos, presentamos algunos trailers, así como videos completos. Este apartado de la revista se inicia con el microdocumental Procesión Marina de San Pedro, un registro fragmentario realizado en el puerto de Caldera, mostrando la fiesta que los pescadores celebran en honor a su santo Patrono. La actividad está centrada en una procesión con la figura de san Pedro en una lancha especialmente adornada, la que es seguida por otras embarcaciones llenas de fieles y su devoción. El segundo video, corresponde a un trailer del video Pelícano, obra del realizador audiovisual Mateo Espinoza, quien presenta una bitácora observacional de un año de grabaciones entre este documentalista y Andrés, hombre perteneciente a la comunidad Changos del Carcajal, ubicada entre Valparaíso y Laguna Verde. En este video indaga en el estilo de vida de una persona que se ha ido a vivir a los acantilados, subsistiendo de la pesca, dedicándose a la reforestación y al cuidado de sitios que considera patrimoniales. Los siguientes dos videos son parte las labores de Ambulante, organización mexicana sin fines de lucro dedicada a apoyar y difundir el cine documental como dispositivo de transformación cultural y social en México y Centroamérica. Dentro de sus líneas de trabajo más importantes están Ambulante Gira de Documentales y Ambulante Más Allá, una escuela de cine itinerante. De esta manera, se incluye en este número el documental Nuestra Casa, de Teresa de Jesús López Florián, quien se enfrenta a las memorias que comparte con su madre, examinando un momento clave de su infancia: haber formado parte del elenco de una radionovela escrita y dirigida por su madre. Esta historia llevada a la pantalla se convierte en un proceso de introspección, que es percibido de forma diferente en la adultez de la realizadora. El último video de esta sección se titula Ch’ul be, senda sagrada, obra de Humberto Gómez Pérez. Esta pieza audiovisual, nos lleva a San Andrés Larráinzar (Chiapas, México), donde todos los habitantes son responsables del bienestar colectivo, pero pocos son elegidos para recorrer el camino de servicio a los dioses. Ch’ul be es la senda de Martha y Diego, de Román y su hijo Tino, y en el video se muestra un recorrido de lo cotidiano a lo sagrado y de lo individual a lo colectivo, asegurándose de que el conocimiento no se pierda y el ciclo no se rompa.
Sin más preámbulos, quedan invitados e invitadas a recorrer este mosaico que se fue conformando en la presente edición de la Revista de Antropología Visual. El 2025 ya está en el horizonte, y la edición 33° coincide con un cuarto de siglo publicando este proyecto, y trabajaremos para que sea un gran número.
Gastón Carreño
Director Revista de Antropología Visual.