El artículo explora la participación de la fotografía en la construcción de lo que Alan Sekula llamó un “cuerpo criminal”, poniendo atención en el caso chileno. Desde los tempranos registros fotográficos realizados en espacios penitenciarios y policiales hasta las imágenes de delincuentes publicadas por revistas de divulgación masiva, analizamos las transformaciones de la representación del sujeto criminal entre fines del siglo XIX y principios del XX, en un Chile que intentaba modernizar el Estado y sus instituciones. El corpus analizado permite revisar estrategias previas y posteriores a la instalación del método Bertillon y sostener que la imagen de un otro indeseado solo pudo construirse por relación y contraste con un repertorio de imágenes insertas en la tradición del retratismo fotográfico burgués, cultivada durante el siglo XIX.